Pedro estaba jugando al fútbol y es por la noche.
¡Oh, no! Una pardela acaba de cegarse con los focos, y se ha caído en medio del campo. Pedro fue el único que se preocupó por la pardela. La recoge del suelo y la lleva a una clínica de animales.
Pedro va todos los días a ver cómo se va recuperando la pardela y, cuando finalmente así fue, los enfermeros se lo agradecieron.
Cuando salió de entrenar vio otra pardela en el suelo y Pedro dijo: - ¡Esto es el colmo!
Se quitó del fútbol y llevó la pardela a la clínica. Pedro convenció a sus amigos para hacer una huelga contra los focos de los campos de fútbol porque hacían daño a las pardelas.
Al final ganaron, y sólo se va a jugar por el día. Seguro que las pardelas lo agradecerán.
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5 comentarios:
Isai, tu cuento me parece fantástico. Me gusta comprobar que aún quedan personas sensibles y comprometidas como Pedro. Ojalá esta historia promueva cambios de actitud en otras personas que aún no se dan cuenta de que es imprescindible mimar nuestro planeta, y al resto de seres vivos que lo habitan.
HOLA:
me a paresido muy bonito tu cuento
y que canbie las ideas de muchas personas
ADIOS :
Hola Isai:
Me a gustado mucho tu cuento,
asi por lo menos la gente
si ve una pardela la socorre.
En cambio hay gente que es una
pasota y hacen lo contrario.
Te felicito.
Gracias por ayudarnos con este cuento.Cuando la gente lo lea seguro que nos recogeran si nos ven tiradas por la playa.
Gracias.
Las pardelitas Mar y Nerea.
HOLA:
yo creo que todos los de la clase som pardelas
ADIOS:
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